Servicio temporal de bicicleta eléctrica compartida para pueblos y pequeños municipios con PVerde
Los servicios de bicicleta pública eléctrica son una realidad en las grandes ciudades españolas. Barcelona, Madrid, Valladolid, La Coruña... disponen de una red de estaciones para poder acceder al uso temporal de una bicicleta eléctrica. Son sistemas que tienen un coste de operación y mantenimiento anual nada desdeñable.
Existen localidades que por sus características no pueden disponer de un servicio de bicicleta pública compartida: son lugares sin demanda o el coste/beneficio de tal servicio no es viable económicamente para sus arcas. Son pueblos de turismo muy estacional, por ejemplo con playas que generan un gran aumento de población.
Para todos ellos se ha creado el servicio de alquiler PVerde compuesto por uno o varios módulos de aparcamiento seguro y flota de bicicleta eléctrica o mixta en su interior. Una solución adaptada a la realidad socioeconómica y turística de cada lugar, evitando el sobredimensionamiento de servicios que puedan suponer un riesgo económico a la entidad pública correspondiente.
El módulo modelo Santander & bicicletas de PVerde se transporta al lugar, está de uno a varios meses funcionando, con todo el servicio de gestión, operación y mantenimiento, y se retira al finalizar la "temporada alta"
Beneficios
Un servicio de bicicleta compartida eléctrica en pequeños municipios durante la época estival puede ser una herramienta muy eficaz para impulsar la movilidad sostenible, dinamizar el turismo y mejorar la calidad de vida. A continuación, se detallan los principales beneficios:
1. Alternativa sostenible y sin emisiones
- Reduce el uso del coche particular para trayectos cortos.
- Disminuye la contaminación ambiental y acústica en entornos sensibles, como zonas rurales o costeras.
- Favorece la descarbonización de la movilidad local, en línea con los objetivos europeos.
2. Impulso al turismo activo
- Ofrece una forma atractiva y saludable de conocer el municipio y sus alrededores.
- Aumenta la permanencia media de los visitantes al facilitar rutas culturales, naturales o gastronómicas.
- Mejora la imagen del municipio como destino moderno, ecológico y comprometido con el medioambiente.
3. Accesible para todos los perfiles
- Las bicicletas eléctricas eliminan barreras físicas como cuestas o largas distancias, facilitando su uso a personas mayores, familias o usuarios con baja condición física.
- Ideal para trayectos entre alojamientos y playas, mercados, zonas de ocio o puntos de interés.
4. Movilidad complementaria e intermodal
- Conecta barrios, pedanías o núcleos rurales con el centro urbano o el transporte público.
- Descongestiona zonas de aparcamiento y reduce el tráfico en calles estrechas o de alta afluencia.
- Se integra fácilmente con aparcamientos disuasorios o áreas de autocaravanas.
5. Dinamización económica
- Estimula el consumo local en comercios, bares o servicios que se hacen más accesibles en bici.
- Puede generar empleo directo en mantenimiento, atención al usuario o promoción turística.
- Mejora la competitividad del municipio frente a otros destinos.
6. Gestión digital y datos en tiempo real
- Permite conocer patrones de uso, optimizar la flota y planificar futuras inversiones.
- Fomenta el uso responsable mediante registro, trazabilidad y limitación de zonas de uso.
- Puede incluir tarifas bonificadas para residentes o bonos turísticos.
En resumen, un sistema de bicicletas eléctricas compartidas en municipios pequeños durante el verano favorece la movilidad sostenible, el turismo de calidad y la cohesión local, con una inversión moderada y un alto impacto social, económico y ambiental.
Imágenes: Castro Urdiales e Ibiza